La creciente preocupación por la desinformación y los vídeos falsos ha puesto de manifiesto el papel crucial que desempeña la inteligencia artificial (IA) en la identificación y prevención de estas amenazas. La regulación de la IA y su integración en estrategias de fact-checking se presentan como desafíos complejos que requieren un análisis detallado y propuestas concretas para su solución. Las organizaciones de fact-checking en España han comenzado a desarrollar tipologías de deepfakes, basándose en características como la creación de falsos contextos y alteraciones faciales, para mejorar la precisión en la verificación de contenidos desinformativos, como apunta el estudio Inteligencia artificial, desinformación y propuestas de alfabetización en torno a los deepfakes.
Los investigadores Miriam Garriga, Raquel Ruiz-Incertis y Raúl Magallón-Rosa establecer que la alfabetización mediática emerge como un componente esencial en el enfrentamiento a la desinformación, con iniciativas como el curso gratuito del MIT, que buscan educar al público sobre la manipulación mediática y promover un uso responsable de la tecnología. La investigación académica, como los estudios de McGowan-Kirsch & Quinlival (2024) y Hwang, Ryu, & Jeong (2021), contribuye a delimitar el alcance de la alfabetización mediática y a proponer soluciones efectivas para el reconocimiento de vídeos falsos.
En cuanto a las perspectivas futuras, el estudio destaca la importancia de una legislación específica que obligue a plataformas y aplicaciones a identificar claramente los contenidos generados por IA, así como la necesidad de una colaboración internacional entre organizaciones de fact-checking para compartir información y limitar la viralización de deepfakes. La responsabilidad en materia de alfabetización mediática en la UE, actualmente a cargo de los Estados miembros, sugiere la necesidad de un enfoque más holístico y coordinado a nivel europeo.